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LA ETIQUETA EN LA CHARRERIA II LA
ETIQUETA EN LA CHARRERIA (II) Hola
amigas: Sabemos
que los lienzos son incómodos y que el vestido y crinolinas son pesados,
pero perdemos toda la figura cuando nos sentamos en las gradas con las
naguas levantadas y las piernas y pies en el respaldo del asiento de
enfrente (en los lienzos en los que hay butacas). Es preferible si ya
terminó nuestra participación y hace demasiado calor, que nos
cambiemos de ropa a fin de estar más frescas y cómodas. Los
lentes obscuros no van con el vestido de adelita o el traje de charra. Cuando
hace frío se debe usar el rebozo para cubrirnos, o un sarape, nunca una
chamarra. Las
gorras y los sombreros texanos son complemento de otra clase de
vestuario. Las primeras hacen juego perfecto con tenis y ropa deportiva
o muy casual. Los sombreros con ropa tipo vaquero y botas. El
vestir bien no significa
gastar mucho, sino saber que se usa en cada momento y lugar, así como
combinar las telas y los colores. En
el caso de los vestidos de adelita, hay tanta variedad como nuestra
imaginación quiera, procurando no salirnos de las reglas generales de
nuestro reglamento. La
presentación de la escaramuza por regla general es después de colas, a
veces también es el final de la charreada. En ambos casos los charros
nos ceden su tiempo y el lugar para la presentación. Nada nos cuesta
ser corteses también con ellos y darles las gracias al desocupar el
lienzo para nosotras. Es señal de educación y de compañerismo. La
actuación de la escaramuza fue adoptada mucho tiempo después de
que se hubieran establecido las suertes charras como competencia,
por lo que no debemos sentirnos como si fuéramos las reinas del lienzo
y exigir de manera prepotente el paso. En la manera de pedir está la
manera de dar. Me
encanta ver las parejas de jóvenes novios vestidos de charro y adelita,
sobretodo cuando se percibe que no han perdido su galanura los varones
ni sus modales las damas. Ese
es nuestro México y esa nuestra esencia. Les
envío una fracción de un poema conocido por todas: “…Al
paso, al galope corto, galopando a rienda suelta siempre
sin perder el ritmo, siempre con suave cadencia, afirmando
el Señorío ante el peligro que acecha avanza
la escaramuza como un ramo de violetas, violetas
por lo sencillas, porque su risa es discreta, porque
la suerte ejecutan sin desplantes que molestan, Sin
desdén en la mirada… sin vanidad …sin soberbia…” “LA
ESCARAMUZA” (fracción)
Delfín Sánchez Juárez
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